viernes, 17 de junio de 2011

Francisco Javier Carmona Camarero. La poesía de la memoria

Nos acercamos al final de una temporada llena de buenos y agradables momentos poéticos. El calendario no deja de plegar hojas, y junio es la margarita de los últimos versos antes de que la belleza de la palabra deje su sitio a la reflexión y el descanso merecido. En la penúltima entrega, en plena Feria del Libro de Mérida, nos volvimos a reunir para escuchar en esta ocasión los poemas de Francisco Javier Carmona Camarero.

La mañana se maravillaba con la frescura de un entretiempo que relaja la pesadez de un sol que aguarda aposentarse sobre estas piedras milenarias y acompañar nuestros pasos impasible a la luz y a la sombra, ignorando la frescura que late en el curso de un río sereno que fluye vacío al encuentro de la plenitud. Y allí, al lado del reflejo pétreo, nos encontramos otra mañana de sábado los asiduos y otros tantos que expectantes esperaban escuchar lo que ya tiene forma y se esconde en un cuadernillo ilustrado con una imagen del yin y el yang, una dualidad que bien entendida completa “El círculo de sangre”, nombre con el que Fco. Javier quiso recoger sus quince poemas carentes de título.

Pero no puedo dejar pasar la ocasión de hablar de otros trabajos presentados por él en la tertulia, algunos de ellos, he de reconocer que me han ayudado a acercarme a autores desconocidos por mi, y a otros a verlos desde la mirada ajena y con ello apreciar aspectos hasta el momento ocultos. Recuerdo con gusto su trabajo sobre los poetas latinos Catvlo y Ovidio que completó con un acercamiento a las obras de Horacio y Propercio. Y mucho más su aportación a la tertulia con otro acercamiento de la mano de la Generación del 27 (que él admira) al mundo de Góngora en un trabajo interesante, para el que nos faltó tiempo aquel mayo de 2007.

Siguiendo con la Generación del 27, otra de sus entregas es para su admirado Dámaso Alonso y sus “Hijos de la ira”, que paradójicamente ahora me lleva a pensar en el libro cuasi poético “Indignados” y todo lo que éste supone para un tiempo que creíamos mortecino y sin embargo latía lleno de vida. Pero su búsqueda del verso no se circunscribe a los poetas españoles, Fco. Javier va más allá y busca en los grandes poetas ingleses un color más con el que nutrir su ya variopinta paleta primigenia, a la que sin duda irá incorporando las voces coloristas de la poesía lusa, leída en la lengua de Camões, de la que ya no se desprenderá.

Como la poesía es música y belleza, no duda en ahondar en ambos aspectos para deleitar y deleitarnos a los presentes, insuflando su melomanía con explicaciones y gestos que le delatan en su quehacer diario; para surgir entre tanto el poeta que observa esa belleza visible y la que subyace en los rincones más insospechados y recogerla en su circulo de sangre y aposentarla sobre el papel con la suavidad que produce una nota musical. En fin, Fco. Javier es un poeta que crece con la memoria y sobre ella y en ella se asienta su poesía como podréis observar en este último trabajo presentado en la tertulia, pero también en su poesía anterior.

Volviendo al círculo de sangre, nos invita a adentrarnos en su verso con una cita de Silvio Rodríguez “Lo más temible se aprende enseguida / y lo hermoso nos cuesta la vida”. Es que a Fco. Javier le abordan los miedos de un padre joven que teme a las sombras en las que habita lo más oscuro del ser humano y que no desea para su hija. Pero la vida es luz y también sombra (el yin y el yang) y con ellas se completa nuestro círculo siempre temporal que brota como los versos de su primer poema sobre la blancura de una pureza que no es más que el propio hecho de la vida.


Brotamos.

Una sábana blanca
abraza un cuerpo de futuro.

Lo primero, el llanto y el alba
-lo último el llanto y la noche-.

Y continúa con su empeño en retener los momentos que llenan su vida para que lo que hoy es luz, no será más que mero recuerdo retenido en el tiempo y nos lo describe:

Un día
despertarás a la adulta lucidez
y olvidarás que ya habías sido luz,

Todo será el instante de un recuerdo
ardiendo en la madurez del crepúsculo,
porque no somos sino futuros en camino
y tan solo las fotos creerán en el ayer.

Pero este tiempo no deja de emocionarle a él y también a Paqui (su mujer) y haciéndome eco de esa emoción compartida con nosotros, nos describe escenas cotidianas de un padre que riega incesantemente el amanecer con palabras que se retienen en la telaraña de un incipiente amanecer de luz y nos regala estos versos:

Irás cayendo en el regazo blanco
De este libro,
Como princesa cautiva del sueño,
Mientras mi voz te mece
Y ya no hay vuelta atrás,
Pues el sol no desanda los caminos.

Pero antes de María (su hija), el círculo de sangre se juntó una noche en un lugar de Extremadura (Las Villuercas), que puede ser cualquier lugar con el que sentirnos identificados y allí:

La noche invisible tras las esquinas
apenas se enteró
de los pasos furtivos,
de cómo cincelaban su cintura
mis dedos, …

Y más adelante esto:

No es un abrazo,
Es un ovillo
De piel enamorada
Devanando la caricia
Sublime de la seda.

Además de este círculo de sangre irrefrenable, en Fco. Javier hay otros círculos abiertos a los que estoy seguro nos enganchará en otras entregas, y que aquí se asoman tímidamente para no quitarle el protagonismo de lo que ahora es todo su mundo y que llena todas las miradas del poeta. Pero es necesario reconocer que me agrada especialmente su verso social, que habla de la egolatría desbordante de una sociedad que se devora, confiando la solución a la siempre deseable sonrisa que nos libera y atrapa a los demás aún sin quererlo.

Crece, como gusano interminable,
el círculo del odio, …

pero bastará la sonrisa clara
de un cálido silencio
para atajar el círculo voraz …

Y así, se va descubriendo este poeta emeritense que no deja de verse y buscarse en sus recuerdos; esos recuerdos de una infancia en la ciudad que le vio crecer y a la que no renuncia a pesar de la memoria que juega con nuestros recuerdos, recuerdos en los que le aborda la soledad y sobre todo la madurez como pérdida de la inocencia.

Solía ir por los parques
regalando sonrisas,
transformaba mis cercanos desiertos
en divertidos columpios…

Aún ignoro si la madurez
nos oculta la inocencia,
ante el peligro de morir
con el dibujo del sol
en los labios.
Pero el protagonismo de la ciudad subyace en el último poema que cierra el cuadernillo, y que como el agua del río o el aire de otoño, nos arrastra verso a verso con la emoción que el poeta impregna en ellos.

Aún recuerdo a mi padre
dejar volar mi mano
y hacerme sentir latido creciente
de este pulso de piedra
enterrado en el tiempo.

Y con la emoción que me producen estos versos voy terminando este post, con la idea más clara todavía de que la poesía de Fco. Javier es recuerdo y memoria, y también con el deseo de que nos abrace pronto con nuevos poemas que estoy seguro emergerán con la fuerza y la pasión limpia que el autor nos tiene acostumbrados, es más, su poesía irá rompiendo esos temores que le abordan e impiden volar libre su imaginación. No dejo de creer que lo que nos hace sentir vivos es la memoria, a pesar de las lagunas que sobre ella cada uno pueda ir despejando, pero vivir sin memoria es un castigo inhumano.

Gracias Francisco Javier Carmona Camarero por lo que aportas en cada tertulia.

Suso Díaz.

1 comentario:

  1. Hola, Francisco Javier.
    Acabo de leer la reseña de Suso....y he pedido leer los hermosos versos, muestra de lo que fue tu recital en la pasada tertulia.
    Te felicito..bueno, a ambos.
    Hay algunos versos que he releído varias veces...porque hay metáforas y expresiones que me encantan, como "ovillo de piel enamorada" o "devanando la caricia sublime de la seda"...etc. Preciosas.

    Nosotros, aunque últimamente no hayamos podido asistir, nos acordamos y acompañamos, de alguna forma. Ya en la nueva temporada os visitaremos, si Dios quiere.
    Recibí el correo comunicándonos la fecha del 18 para la tertulia, pero mañana domingo salimos para Córdoba, con la Coral, a la que mi marido pertenece y el lunes sale mi hija para Gibraltar de excursión fin de curso ...de modo que hemos tenido que preparar todo, estos últimos días.

    Que paseis feliz verano todos y hasta pronto.

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