sábado, 19 de febrero de 2011

La genuina sensibilidad de Paqui Quintana

El pasado sábado, 12 de febrero, nuestra compañera de tertulia, Paqui Quintana Vega, leyó su trabajo, por primera vez, delante de sus compañeros. De este modo, se nos dio a conocer como poeta a través de su obra, ya que a ella como a su marido ─que en la comida de navidad nos recitó una emotiva composición suya ─ los conocíamos personalmente.

Nos trajo una muestra no muy extensa, apenas ocho composiciones, de su obra lír
ica; pero una muestra suficiente para mostrarnos la categoría de sus versos.

Su trabajo fue doblemente aplaudido. En primer lugar, por su calidad, sobre todo formal. Presentó cuatro sonetos muy bien construidos y cuatro canciones, todas ellas con una muy personal combinación de versos y estrofas, con rimas tanto en consonante como en asonante y una clara musicalidad mediante la acentuación interna del verso.En segundo lugar, el aplauso fue motivado por la sorpresa del último poema dedicado, precisamente, a Gallos, detalle que fue muy agradecido por los componentes de la tertulia. Comienza con una referencia clara a Santa Eulalia, patrona de Mérida, nuestra ciudad y sede de la tertulia de Gallos:“¡Escucha Eulalia!: ¡Clamores!

Son los Gallos que declaman

sus palabras de colores

en carruseles de plata…

………

“¡Escucha Eulalia!: ¡Clamores

que despiertan la mañana!

Son “los Gallos”,

son los dulces

repiqueteos de sus almas.

“¡Escucha Eulalia!: ¡Clamores!

¡Están poemando, a tus plantas!

El resto del poemario se podría dividir en dos partes:

En la primera nos habla de ella misma, reafirmándose como poeta, estableciendo ante todo su honradez, la fidelidad debida a sí misma

“No seguiré rumbos establecidos,

si el precio del peaje son mis sueños.

No cejaré en seguirlos. Mis empeños

irán tras de su ra

stro, convencidos.

……….

Quiero saber que no fui marioneta,

que no oculté mi faz tras la careta

ni me escondí tras férreas celosías….

En el soneto “No hay poemas pequeños, deja establecida su opinión sobre estilística y crítica literaria, aportando sobre el tema una tesis personal al debate:

“Piense el que ama el versar, rima y lenguaje,

que un alma placentera y generosa,

siempre será del poeta alto bagaje”

También en este apartado, cabría incluir el soneto “Alma de poeta” en el que se podría ver una especie de elegía, plena de sentimiento, hacia una apenas entrevista compañera en el camino de la poesía:

¡Ella…que fue musa de mi canto;

madrina de mi arte provinciano!

Y de la que hace un retrato-resumen con un solo verso:

Teniendo ella calor no había quebranto”

Dedicándole asimismo, versos tan sentidos como:

“Pude arropar la pena con su manto”,

o bien este otro:

“Me prendí las insignias de su bando”

También muy lírico e intimista el poema “Préstame tus alas, viento” en el que la autora expresa anhelos profundos de lo infinito e intemporal:

“¿Dónde un pendón que yo asiera

para fundirme en tu aliento?”

“ser la libre prisionera

de los propios sentimientos”

“sorprender a las sirenas”

“explorar las sombras

en que un instante navega”

De un corte similar sería el poema “Ding, Dong”, cuyos segundo y tercer versos:

“¡como un arrebol inerte

de llanto y avemaría!

se nos presentan plenos de vigor y connotaciones, y adelantan profundos interrogantes como:

“¿Dónde lo eterno descansa?

¿Dónde apoya su agonía?

…….

¿Dónde su río se remansa?”

En la segunda parte del poemario, Paqui Quintana expresa todo el amor y agradecimiento a los padres y a la tierra que la vio nacer y en la que desea morir:

“Aquí nací, aquí he de morirme”

Y que respiran el cariño, la admiración y el respeto que siente por sus raíces, por su paisaje a través del cual ama al hombre, su fidelidad a ellos, su disolución en ellos y lo hace a través de vigorosos versos llenos de exaltación y fuerza:

“Santa tierra, de nobles cicatrices,

de honor y fe, de casta y de bravura”

“A hombres huelen tus campos, tus caminos;

a sal de su sudor, que tornó en grano;

a manos fuertes, a sus pisadas firmes”

O las hermosísimas imágenes con que pinta a sus padres:

“Caña de azúcar…¡madre!...limonero,

Azahar, jazmín y miel de primavera”

….

“Moreno junco…¡padre!...terronero

“en tu piel, cien surcos y un sendero

……..

De castúas raíces tesorero”

Fue una lectura que nos estimuló a todos a estudiar los poemas presentados, a reflexionar sobre otras posibles formas de expresión y a formular, como es costumbre en nuestra tertulia, diversas sugerencias sobre algunos aspectos del poemario. En conclusión, Paqui Quintana nos deleitó a todos con la lectura de sus poemas y, en consecuencia, fue premiada con un aplauso general.

Luis Atienza Hoyuela

Fotos: Suso Díaz