domingo, 17 de abril de 2011

PRETÉRITO SIN FUTURO



Leyendo estos “Pretérito sin futuros” poemas de Txiki, recuerdo en las siestas estivales la paciencia de la abuela desgranando la mazorca de maíz y el fruto de la granada, al tiempo que nos contaba con cuanto amor los campesinos debían haber mimado la tierra durante meses para luego poder recolectar el fruto que ella tenía entre sus manos.
Esa paciencia y entrega, es la misma que Txiki nos mostró el pasado día nueve en la tertulia, cuando con maestría nos mostró los versos que almacenaba en el granero de la paciencia aguardando su madurez para sacar lo mejor de ellos.

Cuando Txiki inició la lectura del prólogo “Me visto como uno más… con los trajes del tiempo…ayer me puse un vestido infantil…” y comenzó diciendo que los versos que nos iba a presentar eran poemas inspirados en su niñez, me asalto el recuerdo de José Martí y su libro “Ismaelillo dedicado a su hijo, pero al continuar leyendo el prólogo me di cuenta de que en realidad lo que Txiki quería trasladarnos era una experiencia personal y no sólo un canto de amor como era el caso de José Martí hacia su hijo.


Ya en el prólogo se intuyen ciertos matices de pesimismo “Hoy, rancio vivir, batalla tras batalla, mi uniforme no es otro que el laborioso y funcional, realista a veces, enérgico otras…”

Pero antes, nos advierte ya en la portada del librito con un poema de amor que no todo va a ser pretérito y tristeza ¿hay algo más actual y bello que el amor aunque a veces nos duela?

Ahora déjame
que te escriba un poema;
lleno de gentiles silbidos,
avance de rimas,
de imposibles sonetos,
que esculpirlo quiero
en el mejor de tu sentimiento.

Comienza nuestro amigo tertuliano con el poema Quién y nos deja un interrogante universal, quién de niño no se ha preguntado alguna vez lo que Txiki nos regala en este poema:

Quién pensará,
trémula esperanza,
hacer de mí un hombre
en el tiempo
de los días que vendrán…

Quién será,
ilusión idólatra,
para acogerme en sus manos
como versos…

después de lo dubitativo de este poema llega la contundencia del poema Barro, en el que en cuatro versos refleja la eterna pregunta, de donde venimos y cual es nuestro destino:



Barro, primigenio molde.

Barro, carne, barro.
Desván de arquetipos sucios,

irresuelto estertor.


Y así poema a poema va desgranando su niñez, si en el poema “Muñón de piedra” nos habla de la fuente, mudo testigo de sus secretos.

Muñón de piedra,
soldada al silencio,

…callada y fea
madreselvas
del efímero tiempo,

…recóndita estampa
olvidada escena eres de mi niñez.

En el poema “Quiero” pretende recobrar el tiempo pretérito, o talvez huir de un presente agobiante.

Quiero de nuevo
arrimar a la mañana
cantos de gallos, escarchas,
rocíos de caracoles, la vía láctea…

…Quiero ser niño
que no sepa de barberos,
ni muchachas casaderas,
no volver de madrugada,
saber de cosas feas…




Cuanto más avanza Txiki en la lectura de sus poemas, más intimistas van resultando.

En algún lugar de mi silencio,
quedó resguardada la vida.
En algún lugar de mi memoria,
espera henchido el deseo.
En algún lugar de mis tristeza,
¡ay! Sabrás tú donde me esperas.

Y termina su lectura con el poema Si...

Si pudieran saber mis ojos
de la dulzura de tu infancia…

…Si encontrase entre el tacto
que ansía del aire tu presencia.


Quiero felicitar a Txiki por la exposición de sus poemas y decir que sorprendieron gratamente a los asistentes,

Comentario de Eladio Méndez.
Fotos de Eladio Méndez.

jueves, 7 de abril de 2011

TOÑI Y LOS ANGELES



El pasado 26 de marzo en nuestra habitual tertulia, Antonia Cerrato nos regaló un ramillete de poemas que disfrutamos los que tuvimos la suerte de poderla acompañar.


Tiene Antonia Cerrato un celoso acuerdo, del que desvela su cláusulas tan solo en ocasiones, con ciertos ángeles que, como procuradores, saben darle justicia al entintado de versos que recorren incesantemente su interior. No es que quisiera ponerles nombres en nuestro oídos a esos valiosos apuntadores con que cuenta, únicamente hizo falta una tertulia, el pasado sábado 26 de marzo de 2011, para que nos desvelara sus misterios y velados (y gratificantes) secretos.
Ha de acudir uno a la memoria, verdadero parnaso, para rescartar sonidos e imágenes con los que aguardar esperanza al abrigo de la siempre buscada felicidad. Con Toñy uno se apodera de una fuerza, bañada con el candor del amor, que nos devuelve ricos y valientes a encontrarnos con lo mejor de nuestras vidas, a sentir el viento que juguetea entre sus versos, a rozar nuestro espíritu bondades que creemos inexistentes y, en verdad, pasan inadvertidas a nuestro lado.

Y quizás no quiera que escampe
y remontes el vuelo
porque hice de abrazos
una enramada...
por si te olvidas del aire.

Por si te olvidas del aire,
ahora que he roto las redes

Posible es cuanto se expresa en esa declaración mayor que significa "14 de marzo: Quédate conmigo" (Y a la que habría que cerrar el título con "Por si te olvidas del aire") para darnos cuenta que alguien tan cercano a ella se deje abrazar con sus versos, palabras convertidas en manos, manos convertidas en alas, que dicen que olvidarse del aire para quedarse aquí conmigo es lo mismo que tiene el mundo a un paso para conquistarlo pero quedarte aquí conmigo que es como vivir la eternidad sin saber si ha empezado aún.
Toñy ha cruzado miradas, arropando en un instante el amor y el latir de una vida en su cobijo, sabe - sin ninguna envidia por qué comparte con nosotros su naturalidad visión de lo mágico y espiritual - que la libertad se alcanza si nos empeñanos en levantarnos y seguir adelante y encontrarla, que donde hay tragedia (qué si no la misma vida) hay también en ella victorias y la excitación de alcanzar lo imposible - que deja de serlo porque hemos creído en el amor.

Confía en el brazo poderoso
que de amor
ha forjado el mejor de los escudos;
aguarda segura bajo sus alas
y tuya será la victoria.

Un victoria que también espera - sabiamente - a que la encontremos con el coraje de la fé y del esfuerzo.
Pero hay algo que no puede esconder, que se resuelve escurridiza de sus manos (como los versos que siempre lamentamos no haber escrito) y delata no un fallo o un decaimiento, sino que la hace más copiosa, más pura, mucho más experta en un campo que sabe llevar la única ayuda del agua a la que toma como talisman y revierte en una fuente que inunda sus poemas y, con la ayuda de un viento que corretea últimamente entre sus versos, llena de músicas, bríos, sensaciones a un misterio deposito en una realidad llena de todo lo bueno que quiere ver, sentir, vivir, expectación que deja también a su lector con su única pregunta de cual es el lugar donde acaecen los manantiales con la que ella se empapa y refresca su continua curiosidad de la vida. ¡Sí, llevadme a mi también tras ella iluminando el camino que persigue el agua y alcance el peregrinar último que anhela!

enciendo velas a lo largo del río
que desemboca confuso
en el corazón del hombre.
...
porque jamás entenderé
un sólo porqué de la vida,
me dejo morir en un poema
escribiendo versos de agua
para que en el viento se sequen
para que en el viento resuciten.

(de VERSOS SOBRE EL AGUA)


vengo del agua
como en vuelo de gaviota,
al reclamo de un amigo.

(de COMO VUELO DE GAVIOTA)


Si abres tu mano,
cuenco de agua
donde otros apaguen tu sed,
versos y luciérnagas
cercarán un otoño
con tus pestañas de piedra

(de EXTREMADURA ESENCIAL)


Y si fuera por pedir, de incrementar sus riquezas, no hay otro inventario posible, dadle a Antonia jaulas siempre abiertas, vendas humildes que sequen el odio y el olvido, nubes en una tarde de agosto, simples y elementales palmeras, o margaritas insignificantes, y tizas y cuadernos para anotar en ellos tantas palabras como hagan falta para hacer de ellas lingotes a la misma cotización del oro.

Si revolotea aún esperanza en este quehacer y eres tú adivino de sus secretos versos incompletos quizá quiera dártelos, dicen sus ángeles que sí, que ella pone el esfuerzo y la ilusión para transfigurar tus emociones de la misma forma que lo han hecho otros maestros, otras maestras, y se sienta especialmente contenta de compartir el mismo pupitre que sirve para enseñar la vida y lo más elemental y precioso que hay en ella: la amistad.

Todavía hoy, revolotean entre sillas
las ilusiones de aquel pecho purísimo,
buscando el roce con la mariposa de tu cuerpo...
Acaso quieras guardar en el libro de tus manos
el susurro de los momentos extraviados
entre las tizas, entre cuadernos
letras desiguales que tanto costó juntar.

Esos ángeles se asoman en sus versos constantemente, ¿los ves tú también?


Comentario de Txiki Martin.
Fotos Eladio.