lunes, 28 de mayo de 2012

LO COTIDIANO EN LA POESÍA DE FAUSTINO LOBATO: EL SONIDO Y LAS SENSACIONES


Hace ya más de dos semanas, Faustino Lobato nos presentó su libro de poemas En las horas, un concierto de sonidos diminutos. Sí, fue hace ya tiempo, allá por el 12 de mayo. Este humilde redactor perdió el material con el que debía hacer la crónica y hoy mismo recibí por correo electrónico del propio Faustino una copia cuyo archivo ha titulado “modificado, definitivo y barrido”. Esta anécdota no serviría sino para rellenar renglones si no fuera porque ilustra el trabajo de artesano, de depuración, limpieza y amanuense que Faustino ha realizado con su libro.

Llegó a la tertulia diciéndonos que el ejemplar que nos había mandado ya había sufrido modificaciones, incluso retirado y hasta reciclado poemas como entradas para cada una de las partes. De esta manera, la tertulia resultó en un desnudo total de su poemario. Fue una lección acerca de cómo puede evolucionar un grupo de poemas desde una idea original.

Faustino nos presentó un libro en el que lleva varios años trabajando a partir de una idea cotidiana, las horas y los sonidos de las horas en el hogar. Más allá de la anécdotas, el autor desea transmitir al lector sus sensaciones en esas horas ante los sonidos que les dan vida. Y nada más comenzar a leer encontramos la primera sorpresa: su ciclo circadiano comienza a mediodía. Aquellos que trabajamos por la mañana entendimos perfectamente que la llegada a casa es el verdadero comienzo del día.

Es mediodía. Nada me parece igual
ante este desequilibrio de las musas
prostituyendo las moscas.”

Con estos versos ha comenzado el mediodía. Es el momento de llegar a casa y el poeta no ve ese momento, mientras llega por la interminable avenida, con una descripción limpia de elementos superfluos, casi cinematográfica, como un guión de cine o una acotación teatral, y al final el sentimiento que produce en el poeta y desea transmitirnos:

Semáforos en rojo, después una rotonda.
Delante, un coche fúnebre;
a la izquierda, el largo seto
que divide la avenida.
Dentro de mí, el deseo
golpea las arterias.”



Es la cotidianeidad la que sirve de impulso para cavilar y reflexionar sobre nosotros:

Acaba de pasar el mecánico del ascensor.
Dejó un recibo de arreglos y el silencio.
El aire seco, el cielo gris.

Un puzzle.

Nadie ocupa el lugar del otro. Nadie
se conoce.”

o como en este ejemplo:

Deambulo por la casa
rozo el revés de las gaviotas,”

En la tarde ya nos encontramos una vida puesta en marcha . Aquí se puede apreciar cómo los sonidos pueden ser también los de los recuerdos, los del pensamiento, además del roce de una caja de cartón en el trastero:

He cerrado la puerta que sepultaba el pasado
en la húmeda oscuridad del cuarto
de los trastos viejos.”

Pero también esos sonidos pueden provenir no de lo cercano sino de lo lejano en el tiempo y en el espacio en este preciosoTango Marino, recordándose en la arena del mar:

Hundo los pies en la alfombra,
el agua del deseo juega con el recuerdo. 

 

Y estos sonidos y este tiempo combinan con otras sensaciones produciendo bonitas sinestesias como la siguiente:

Era sábado cuando descubrí
que tenía tu perfume
pegado a la camisa.

La noche aparece, como él expresa, “en la orilla de los ruidos” con estos maravillosos versos iniciales:

La noche confunde el aire de los rostros,
mantiene las palabras
con ese tono de humedad
apunto de perderse en la memoria.”

Y el primer poema de la noche, muestra una bonita dicotomía entre el silencio y su quietud y un leve sonido que puede desencadenar un cambio en esa quietud:

El silencio dobla la medianoche,
pide perdón a las voces en tránsito,
dejándose mecer en las horas de brisa.

[...]

Las paredes de esta habitación
están a punto de arder.”



Y de nuevo, como hizo antes con las gaviotas, hace con las horas, jugando con las vueltas y lo blando del tiempo en la noche, ahora todo es lento:

Te llamo en el reverso de las horas.
Tu voz me devuelve a la calma,
despeja el pulso de la noche.”

Finalmente, la mañana es el “destiempo de las horas”. Es el tiempo doblado desde la noche, continuación de esta para terminar ese ciclo circadiano que comenzó a mediodía. Esta mañana que Faustino describe es una mañana sin prisas tras “la noche bruja” que aparecía en la parte anterior.

Abro los ojos.

La mañana envuelve sueños
en los bolsillos de nadie.
Las nubes arrancan su griterío
a los tejados.”



Una mañana que nace con vida y movimiento tras la noche lenta. Y de nuevo la sinestesia, el tacto, el color y el sonido del maremoto. ¿Qué es la pasión sino una sinestesia continua, un cocktail de sensaciones?

Un ritual de piel y agua desborda los colores.
[...]
¡Quién puede detener el maremoto de los sueños
cuando la piel y el agua se confunden con el aire!”

La mañana no resulta sino la conclusión del día completo, la conclusión de lo que somos, la suma de todo, de lo cotidiano y de lo profundo:

Llegó el cartero en el destiempo
de las horas tempranas. Los ruidos
se espantaron con el timbre de la puerta.
Solo, el zumo de naranja brillaba intacto.

Somos paréntesis..., sueños.

Faustino Lobato nos enseñó a observar más allá de nuestros ojos y a escuchar lo que oímos continuamente, haciendo nuestra esa sensación. Fue una original propuesta la suya que en ningún momento olvidó la poesía.

 

El intercambio de opiniones, correcciones y sugerencias enriqueció la lectura de esta idea que Faustino llevó al papel y desde luego, que todos los que leímos el libro de poemas, llevamos con nosotros al hogar. Nada menos que poesía. 



Poemas de Faustino Lobato
Texto de Francisco Javier Carmona
Fotografías de Eladio Méndez 

viernes, 11 de mayo de 2012

Tertulia sobre la poética de Nicanor Parra

El pasado sábado 28 de abril, nos juntamos unos pocos tertulianos para lo que creíamos una presentación de José María del Álamo, pero finalmente no pudo asistir por motivos de salud.

Y allí estaba Jesús Mendo para suplir la ausencia con un trabajo sobre el poeta Nicanor Parra, que era noticia al recibir esa semana el  premio Cervantes.


Como es habitual, empezamos con el repaso de algunas novedades que afectan al colectivo o que tienen que ver con la poesía. Luego nos dejamos llevar por el verso del chileno, que no tardó en engancharnos a todos con comentarios sobre esas imágenes de poesía y antipoesía de las que el poeta es un maestro.

Aprovecho la hora del almuerzo / para hacer un examen de conciencia ... Responde sol oscuro / ilumina un instante / aunque después te apagues para siempre. Con este primer poema de los escogidos, el diálogo nos lleva a la conclusión de que el poeta no solo pone de manifiesto el paso del tiempo, más bien recrea la brecha que se produce por ese hecho irremediable.


Luego el tono sarcástico se preña de metáforas y nos adentra en un poema hermoso como es el que titula “Cambios de nombre”, para llevarnos a un océano de colores y sonrisas, y adueñarse sin quererlo de nuestra empatía.

“Cartas a una desconocida” es la bella recreación del indolente y sagaz paso del tiempo, de la suma que propicia el declive y la pérdida de la capacidad, pero no la necesidad de seguir preguntándose.

Dulce vecina de la verde selva / huésped eterno del abril florido / grande enemiga de la zarzamora / Violeta Parra. Con estos versos empieza el poema “Defensa de Violeta Parra”, que es una elegía a su hermana, un hermoso sentido y largo reconocimiento de una flor que se marchitó prematuramente.


Seguimos con los recuerdos que el poeta plasma de esos amores reales o irreales, que no dejan de ser un sueño construido de imágenes distorsionadas por el tiempo, impregnadas por el recuerdo y la necesidad de sentirse vivo. Dice: “Juro que no recuerdo ni su nombre, / más moriré llamándola María.

Qué es el hombre / se pregunta Pascual: / Una potencia de exponente cero. / Nada / si se compara con el todo. La nada y el todo se proyecta en el pensamiento como la realidad tangible e inevitable del ser humano. Pensamiento filosófico o duda, que el que duda existe.

En otro de los poemas de los muchos en los que habla de mujeres, las retrata a su modo y manera, con el sarcasmo que le caracteriza va surcando los versos con su melodía embriagadora para confesar que ellas “terminarán sacándole de quicio”.

Tal vez el secreto de la longevidad sea reírse de la propia muerte, y retratarla así: Me parece que el éxito será completo / cuando logre inventar un ataúd de doble fondo / que permita al cadáver asomarse a otro mundo. La ironía y la sonrisa son antídoto para relajar al corazón, válvula de escape para el ruido mortecino que inunda las mentes.


Para el final, Jesús Mendo seleccionó dos poemas que ponen la guinda a un pastel delicioso. Con “Hasta luego” el poeta chileno se jacta de sus enemigos con el socarrón y burlesco verso que le caracteriza, les indica el camino donde terminarán, apercibiéndoles de sus dientes y muelas. Con lenguaje quijotesco desembocamos en “Epitafio”, donde se retrata físicamente como un mediocre hombre alumbrado de ironía y falto de fe, medio tonto y en cierta manera camaleónico. Una muestra más de la inteligencia y buena pluma que atesora Nicanor Parra.

Os dejo aquí el video de la entrega del Premio Cervantes, donde sin quererlo o queriéndolo, una vez más su ironía le lleva a ser él en la piel de su nieto. Todo un maestro.





Suso Díaz

jueves, 26 de abril de 2012



Séneca dijo:

Aquel que tú crees que ha muerto,
no ha hecho más que adelantarse
en el camino.






                  Hoy hace dos años que te adelantaste compañero, que la tierra te sea leve.

sábado, 7 de abril de 2012

Las periferias de la memoria





Las periferias de la memoria

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
 Antonio Machado.

Con este titulo, y esta cita de Machado, nos mostró nuestro compañero Suso, el pasado sábado día 24 de marzo en nuestra habitual tertulia, un ramillete de poemas de evidente calado emocional.


Suso, tuvo a bien presentarnos este manojo de versos dividido en dos partes, la primera compuesta por ocho poemas, todos de verso libre, y titulada: Estado de sitio, en ella nos hace un recorrido por su estado de ánimo, mostrándonos los sentimientos que afloran ante una situación social y política de trascendencia excepcional, como es la que estamos viviendo en estos momentos a nivel mundial.

                                    

Parroquia de Satnta Eufemia Ourense.

Inicia el poemario con unos versos dedicados a su tierra natal.


Ourense
raíz de agua y viento
columna de cristal en la que descansa
mientras quema los pétalos
de la memoria pétrea.


Muralla romana de Lugo.

Y así comienza a introducirnos en su mundo poético, con su poema llorar, insinúa poéticamente que el hombre actual ni puede ni debe ser contemplativo, que es necesario actuar, actuar aunque sea a lágrima viva.
Llorar

Llorar ya no consuela al llanto.
Prende en las mechas inflamables
del vacío que transita oportuno
por el interior de los cuerpos…

de una humanidad teledirigida,
encadenada al silencio,
empujada al abismo.


En los siguientes poemas “Reabramos el mundo” y “Me sobran motivos” reincide en la idea de la necesaria actividad, si en el primero nos hace ver con bellas sentencias que para conquistar el mañana es necesario edificar el presente, en el segundo y de forma más directa nos muestra los motivos a los que alude.


Reabramos el mundo

…El mañana no existe,

ahora es un pasado…

Hagamos nuestro
el rédito de la desesperación…



Me sobran motivos
Me sobran los motivos para ensordecer
a la conciencia malhumorada
que el interés del capital exige
erguido sobre las raíces de la razón…

Me sobran los motivos para seguir viviendo...




Como nos expone en estos otros dos poemas, Suso sabe endulzar el mensaje con metáforas bien perfiladas, pero sin tratar de ocultar la esencia del poema.


Abrigarse con las caricias

…Tal vez es el momento de emerger,
de levantarse y volver sobre los pasos,
de abrigarse con las caricias
de los que todavía creen en el mañana.

Quisiera odiar

Quisiera odiar el aire que respiro,…

Quisiera odiar el presente que habito,…

Quisiera odiarme por ser incapaz de odiar…

 
Playa de Riazor  A Coruña

En la segunda parte del poemario nos obsequia Suso con nueve poemas, también de construcción y verso libre, en esta ocasión titulado: Por sentirme vivo. Aquí Suso, no es tan reivindicativo, busca más la complicidad que el enfrentamiento directo, por supuesto sin cejar en sus pretensiones.

El poema que a continuación podemos leer en parte y que lleva el título genérico del trabajo, es un venero de metáforas y junto con el titulado “Quiero llegar contigo” son de los más representativos de este trabajo.


Las periferias de la memoria

…Habitar las periferias de la memoria
es como vivir en el precipicio
de unos labios rotos,
que brotan a cada latido…

Quiero llegar contigo

Quiero llegar al fin del mundo
cogidos de la mano,
mientras nuestros pies
se descomponen en cenizas…

Quiero abrazar el espacio…

Quiero llegar al fin del mundo
solo contigo.

Es una constante en gran parte de la obra de Suso la creación de poemas socialmente diáfanos, como no podía ser de otra manera en un poeta comprometido con su tiempo. Y que como él mismo confiesa, ha bebido de las fuentes de poetas como Celso Emilio Ferreiro y Xosé Luis Méndez Ferrín entre otros.


Memoria dormida

Arde en el balcón de la garganta
la fiebre que me habita,…

y los días buscan los ventrículos
de la memoria dormida,
la sonoridad de un verso
que encienda la sonrisa.




Pero en la poesía de Suso también hay lugar para el amor, como hemos comprobado en: “Quiero llegar contigo” y en este otro titulado “Para qué” del cual os dejo unas pinceladas.



…Para qué habitar el olvido,
cuando la memoria
queda deshabitada sin tu risa.
Para qué.
No quiero terminar este comentario sin incluir en el, algunos de los haiku con los que nos obsequió Suso para finalizar su presentación.


Mérida, hambre
de mi hambre vivida
en la memoria.

***

Al final siempre
perdura el olvido,
no hay memoria.

***

Lágrimas secas
lloran el pensamiento
en el que habito.





En el centro, Suso en un momento de su intervención.


 
Como no podía ser de otra manera, la tertulia se desarrolló en un clima de animado coloquio en el que los asistentes fueron tomando la palabra para deja su impronta sobre los poemas allí presentados y que en líneas generales fueron del agrado de todos los presentes.



Gracias Suso por este trabajo colmado de poesía y de calor humano.

Eladio Méndez.

Fotos Eladio Méndez.



viernes, 16 de marzo de 2012

LA INTUICIÓN POÉTICA DE ANTONIA CERRATO

En la tertulia de Gallos quiebran albores, el pasado sábado 10 de marzo, Antonia Cerrato Martín-Romo nos deleitó con la lectura de sus poemas. Desde Flor de harina hasta A un pomelo nos mostró un itinerario pleno de logros poéticos.

En el primer poema evoca la tragedia de Haití donde

después de la ira de la tierra

y la rabia de un oleaje

que impone su dictadura,

unos ojos de océano

−peces en desbandada−

escrutan la mano

que tan firme asola.

Finaliza, poniendo su mirada transida de dolor en la figura más desvalida:

¡Ay, mi niño haitiano,

flor de harina!

Ojalá de pan los versos

cocidos para ti.

Ojalá de entre escombros

y muerte,

brote tu sonrisa.

Continúa nuestra poeta con un ofrecimiento de solidaridad: Allí quiero estar yo, donde la expresión se reitera y resuena con insistencia de estribillo, con exigencia de una rima asonante que confirme la rotundidad de la decisión de acompañamiento en horas sin fortuna:

allí donde alguien sufre

quiero estar yo…..

para ser brazo y no palabras,

cimiento, argamasa, techo, vestido,

pan, vino y arroz;

allí donde cocinar pueda la alegría

quiero estar yo.

En el siguiente poema nos muestra una postal de Badajoz: En los ojos del Guadiana. El botellón de los jóvenes, un hecho que a primera vista pudiera parecer alejado de la inspiración poética, es sublimado y contemplado desde ángulos más originales:

Ya han vuelto, como globos de colores,

lo jóvenes

a la orilla del río.

Sus risas, igual que farolillos de feria,

iluminan las aguas,

ahora quietas, del Guadiana.

………………………….

nadie mira:

ausente la torre, ciego el castillo,

cómplice el puente.

La contemplación de la fotografía de una niña con paso adelante y mirada atrás es percibida por la poeta en todo su contraste entre la pobreza del entorno y la dulce alegría de su rostro. De ahí nace el poema Me quedo contigo, niña

me quedo con la risa

de tus ojos,

almendras dulces;

me quedo con la alegría

de tu rostro,

la paz de tus manos

y esa esperanza que parece nacerte

como alas de arcángel.

La autora, a través de sus poemas, va desnudando su alma hasta mostrar lo más recóndito de sí misma, sus propios temores:

Me temo que he perdido el camino, la llave.

……… que he perdido las tardes de membrillos y de siega,

el consuelo de la encina, las orillas de un río que me atraviesa

de norte a corazón.

………………………

Me temo que he perdido mi sitio, el mosto de la prensa,

la algarabía de los días de fiesta, la voz inconfundible de mi padre

…………………….

Me temo que he perdido el libro y la palabra

El paso del tiempo, la sucesión de estaciones, nada escapa a la contemplación de nuestra poeta. Ahora se detiene en el invierno:

Apostado está el invierno

a las puertas de la ciudadela,

lloviendo olvidos

sobre los espejos de sus calles,

donde ya nadie

busca cobijo.

En el hogar,

arden los troncos secos

con el suplicio de la juventud huida

y la memoria imposible

de la hoja verde.

Y tras la consideración del tempus fugit, evoca dolorida la memoria del poeta amigo Antonio Román Díez García:

Como un pajarillo

de las ramas olorosas del naranjo

caíste, flor de azahar, aún fresca.

……………..

La mañana se hizo infranqueable

en aquel huerto,

refugio de gorriones.

……………

No hay risas en la plaza

y un murmullo de crespones

acompasará tu repentina despedida.

En la exquisita selección de poemas que Antonia Cerrato fue desgranando en la tertulia de Gallos quiebran albores, nos mostró uno para ser declamado a dos voces. En efecto, establece un paralelismo entre la superación del águila en su paciente y sufrido desarrollo y la lucha de la mujer por vencer obstáculos en el reconocimiento de su dignidad de persona. Ambas voces, la del águila y la de la mujer, se yuxtaponen a lo largo del poema:

A veces águila

que rompe su pico

contra el muro liso de la incomprensión.

Muda y hambrienta

allá tú sola

en la soberana altura.

Que te arrancas el plumaje

de aquella engañosa ofrenda,

para proseguir un día, un siglo,

con más de lo mismo.

Ave encorvada, despojada

de toda belleza,

reclusa a quien nadie visita.

La voz pausada y clara de Antonia Cerrato fue transmitiendo a los contertulios presentes su poética percepción de profundas vivencias. En esa emotiva expresión de sentimientos resonaron frases logradas que calaron en el auditorio: Hoy no he querido peinarme el alma; o bien, la risa de las tostadas / se ha quemado en la cocina.

El recital finalizó con una composición rimada en asonante: A un pomelo, un pequeño árbol escondido junto a las cuadras, al final del patio, que

no puede ver desde su altura

las recias torres del castillo.

…………………. no se queja

ni reniega contra el cielo.

………………………………

porque entre espinas y azahar le crece

al pomelo el corazón.

En resumen, la tertulia constituyó una hermosa jornada donde constatamos y saboreamos la intuición poética de Antonia Cerrato, a la que felicitamos por su evidente progreso en la perfecta elaboración de sus poemas, a la vez que le agradecemos el gozo que nos brindó con la lectura de sus inspiradas composiciones.

Jesús Mendo Sánchez