Leyendo estos “Pretérito sin futuros” poemas de Txiki, recuerdo en las siestas estivales la paciencia de la abuela desgranando la mazorca de maíz y el fruto de la granada, al tiempo que nos contaba con cuanto amor los campesinos debían haber mimado la tierra durante meses para luego poder recolectar el fruto que ella tenía entre sus manos.
Esa paciencia y entrega, es la misma que Txiki nos mostró el pasado día nueve en la tertulia, cuando con maestría nos mostró los versos que almacenaba en el granero de la paciencia aguardando su madurez para sacar lo mejor de ellos.
Cuando Txiki inició la lectura del prólogo “Me visto como uno más… con los trajes del tiempo…ayer me puse un vestido infantil…” y comenzó diciendo que los versos que nos iba a presentar eran poemas inspirados en su niñez, me asalto el recuerdo de José Martí y su libro “Ismaelillo dedicado a su hijo, pero al continuar leyendo el prólogo me di cuenta de que en realidad lo que Txiki quería trasladarnos era una experiencia personal y no sólo un canto de amor como era el caso de José Martí hacia su hijo.
Ya en el prólogo se intuyen ciertos matices de pesimismo “Hoy, rancio vivir, batalla tras batalla, mi uniforme no es otro que el laborioso y funcional, realista a veces, enérgico otras…”
Pero antes, nos advierte ya en la portada del librito con un poema de amor que no todo va a ser pretérito y tristeza ¿hay algo más actual y bello que el amor aunque a veces nos duela?
Ahora déjame
que te escriba un poema;
lleno de gentiles silbidos,
avance de rimas,
de imposibles sonetos,
que esculpirlo quiero
en el mejor de tu sentimiento.
Comienza nuestro amigo tertuliano con el poema Quién y nos deja un interrogante universal, quién de niño no se ha preguntado alguna vez lo que Txiki nos regala en este poema:
Quién pensará,
trémula esperanza,
hacer de mí un hombre
en el tiempo
de los días que vendrán…
Quién será,
ilusión idólatra,
para acogerme en sus manos
como versos…
después de lo dubitativo de este poema llega la contundencia del poema Barro, en el que en cuatro versos refleja la eterna pregunta, de donde venimos y cual es nuestro destino:
Barro, primigenio molde.
Barro, carne, barro.
Desván de arquetipos sucios,
irresuelto estertor.
Y así poema a poema va desgranando su niñez, si en el poema “Muñón de piedra” nos habla de la fuente, mudo testigo de sus secretos.
Muñón de piedra,
soldada al silencio,
…callada y fea
madreselvas
del efímero tiempo,
…recóndita estampa
olvidada escena eres de mi niñez.
En el poema “Quiero” pretende recobrar el tiempo pretérito, o talvez huir de un presente agobiante.
Quiero de nuevo
arrimar a la mañana
cantos de gallos, escarchas,
rocíos de caracoles, la vía láctea…
…Quiero ser niño
que no sepa de barberos,
ni muchachas casaderas,
no volver de madrugada,
saber de cosas feas…
Cuanto más avanza Txiki en la lectura de sus poemas, más intimistas van resultando.
En algún lugar de mi silencio,
quedó resguardada la vida.
En algún lugar de mi memoria,
espera henchido el deseo.
En algún lugar de mis tristeza,
¡ay! Sabrás tú donde me esperas.
Y termina su lectura con el poema Si...
Si pudieran saber mis ojos
de la dulzura de tu infancia…
…Si encontrase entre el tacto
que ansía del aire tu presencia.
Quiero felicitar a Txiki por la exposición de sus poemas y decir que sorprendieron gratamente a los asistentes,
Comentario de Eladio Méndez.
Fotos de Eladio Méndez.
La paciencia es vuestra por saber escuchar a este aprendiz, que últimamente quieren hacer pagar un canon por escribir en el aire versos de amor, aunque yo les digo que qué culpa tendrán las nubes, el viento, los pájaros por llevarse prendidas mis palabras y hacerlas sonar de nuevo por este mundo rehecho a cada instante. Muchas gracias, como siempre. Amigos.
ResponderEliminarTxiki, en primer lugar felicitarte por es estos candorosos y entrañables versos, y desearte toda clase de ventura en este duro oficio.
ResponderEliminarMe hubiera gustado acompañarte pero tenía una ponencia en Siruela. Espero poder hacerlo en una próxima ocasión
Estupendo comentario, Eladio. Felicidades, otra vez, a los dos.