Si sueñas una noche con ser pobre
entre millones de personas pobres
en los países pobres de la tierra,
abandona tu casa confortable
y construye una choza
con nervios de palmera
revestidos de arcilla.
Pon un techo de paja,
sin puertas ni ventanas,
sin lavabo ni baño ni cocina.
Olvídate de sillas o de camas;
un pequeño rincón para extender la estera
y dormir entre cabras y gallinas.
Despréndete del coche y de la tele,
prescinde de la luz y del teléfono,
del gas y agua corriente.
Suprime lavadora y frigorífico,
-países tropicales con más de 30º-.
Reparte tu ropero tan selecto
y ponte sus harapos, los mismos cada día
que se caen a pedazos sin lavado ni plancha.
No busques cuando enfermes hospitales
ni farmacias de guardia,
porque no existen médicos ni llegan medicinas.
A la hora de comer no busques restaurantes
ni siquiera una tienda que venda bocadillos.
Su incierto pan diario
tal vez alguna fruta recogida en la selva
o las duras raíces a la tierra arañadas,.
Después de esta experiencia, ¿seguiremos
hablando de igualdad y justicia?
Miguel Combarros.
Es un placer siempre leer los versos de un maestro por estos lares. Gracias Miguel por tu regalo. Gracias maestro.
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