El pasado sábado 11 de enero comenzamos la segunda parte de la temporada con la presentación del último libro de nuestro amigo y compañero Faustino Lobato, Un concierto de sonidos diminutos.
Contamos con su presencia y la de su editor Manuel Romero Higes, de Heraklion quien nos presentó una magnífica edición, cuidada, agradable de manejar y leer, sencilla pero dignísima. Una buena apuesta por la edición desde la iniciativa privada, con la ventaja de ser gente que conoce la materia prima de los versos y la literatura.
Los tertulianos que nos acercamos disfrutamos con las palabras del propio poeta sobre su nueva criatura literaria. Algo que no siempre tenemos al alcance de la mano cuando nos enfrentamos a un poema.
Faustino nos presentó un poemario completo, bien estructurado y trabajado, basado en esos sonidos que forman indefectiblemente parte de nuestro día. Comienza su obra diciendo
Como un tropel desbocado,
todo a un tiempo,
el despertador del vecino,
una campana,
el sonido de un coche,
el ascensor
Cómo reconocer la voz del alba
en medio de tanto griterío
[...]
Estos sonidos nos van guiando por momentos del día, pero sobre todo son parte del escenario en el que el poeta va enmarcando su mensaje y sus sentimientos. A modo de acotación teatral, Faustino se afana porque no nos falte ningún detalle antes de entrar en el poema:
Es temprano, muy temprano
el camión de la basura termina
su ronda de mañana.
Los frenos de un coche despiertan
el dialecto del asfalto, que responde
con el eco lastimero de las ruedas
[...]
(de De ángeles y alcobas)
Pero dentro de esta rutina de ruidos, como bien señaló Rufino Félix, la primera parte del poemario es un poema de amor. Entre toda esta rutina, cabe el amor:
Siento tu caricia
cuando la incertidumbre cotidiana acecha.
Tanta es la costumbre
que confundo tu rostro con la luz
[...]
(de Contigo)
Hay que mencionar dos elementos que saltan a la vista al leer la obra. En primer lugar esa voz en off, que no es sino un lenguaje interno, un diálogo interior, una acotación de la percepción personal del poeta. Es como si esos versos no cupiesen en el poema, pero el afán aclaratorio y de decir de Faustino hace que quiera transmitirnos ese mensaje interno. En el poema Sabor a caracolas, prácticamente forman ellas solas un poema aparte, son como dos poemas bajo un único título. Prueben a leerlos aparte:
El tiempo, el maldito tiempo, se cuela
a gatas en el recuerdo de los días.
Al sonido del mar le sigue el clamor
de los niños. A la risa de los niños
el sabor del tiempo.
El tiempo, el frágil tiempo susurra
con dolor bajo la piel de la tarde.
Las olas pasan torpes recados a las piedras;
se mezclan entre las boyas con el horizonte.
El tiempo, ese tiempo voraz, desvela
fechas de aniversarios.
En la cordillera de tus senos
un rastro de arena sabe a caracolas.
El tiempo, el maldito tiempo, descansa
entre las páginas en blanco.
En la portada del libro, una dedicatoria
y en la brisa, el recuerdo
de otros momentos felices.
Perdido en la memoria,
camino por tu orilla, dibujo pies.
Arrastro el alma.
El beso de ayer enamora mi alma.
El otro elemento que salta a la vista es la inclusión de seis textos en prosa poética que van salpicando los versos:
Vivo donde los peldaños se acaban, en el último piso, donde los pies, la ropa y los ojos pesan; donde la libertad tienen nombre de llegada. Porque la libertad se nombra como una pintada de protesta, ajena a cualquier extraño. En esta altura, donde los sueños luchan contra el desencanto, y los momento se vuelven vigilias y silencio. Porque los mediodías de agosto son silentes.Vivo en este habitáculo donde se me antoja preguntar por mis desarreglos y la respuesta tiene color de silencio.
Una agradable mañana con Faustino, sus sonidos y sus momentos del día hechos poema. Si deseáis leer más sobre Un concierto de sonidos diminutos os redirijo al blog de Faustino donde de su puño y letra os hablará de la estructura del libro.
http://wwwfaustinolobato52.blogspot.com.es/2013/12/un-concierto-de-sonidos-diminutos.htmlPrimera tertulia de un año que promete otros momentos poéticos y literarios dignos de no perderse. Estad atentos al calendario.
Fotografías: Eladio Méndez
Texto: Javier Carmona
Una velada estupenda...con la presentación del libro de Faustino, un buen libro, con poemas muy hermosos cuyas metáforas nos encandilaron a todos. Además tiene un formato muy cómodo de llevar y está muy bien editado. Felicidades a Faustino y al editor, a Eladio por las fotos y a Javier por este estupendo análisis - reseña. Un abrazo a todos.
ResponderEliminar¿Por qué mis comentarios no salen nunca?
ResponderEliminarGracias Javier por tu reseña tan generosa; gracias también a Eladio por las fotos, aunque es una lastima que sea yo quien las estropea. Gracias Paqui por tu aprecio.
ResponderEliminarTambién yo me sentí muy bien en medio de tantos amigos.Un honor y un placer haber compartido con vosotros. Sentí las ausencias de algunos amigos que, por imponderables, no pudieron estar.
Un abrazote a todos.