Aunque María no necesita presentación ésta me pidió que lo hiciera. Brevemente, hice algunas anotaciones de su libro de relato “Crónicas de la gárgola Almada”. Resalté como, en un relato de veintiocho secuencias, nuestra tertuliana había ido desgranando un meta-relato donde los elementos simbólicos de la mística más pura contextualizan la imagen de una gárgola con alma. Hablar de mística aquí es indicar inquietud, búsqueda espiritual donde los miedos se dejan a un lado y el alma vuela coexistiendo con otros elementos. No creo que tenga parangón con el romanticismo del XIX sino con la metafísica del XX de corte heideggeriana donde el ser-ahí se desvela en la propia realidad.
María Blázquez siguió explicando el cómo surge este relato que presenta a un concurso de relatos de Ediciones Oblicuas quedando finalista. Un libro de relatos, este, que ella dice, sirve para los que aman la vida. El relato, más de prosa poética que de poesía tiene mucho más de poético que de prosa. La fluida y profunda reflexión de María nos lleva a un encuentro con lo-otro. En la tertulia de Gallos leyó algunas secuencias de esta obra que deja a la Gárgola hablar en primera persona. Entre otros, leyó el capítulo titulado Mi viento que reproduzco aquí:
La Gárgola tiembla …
Nuevos vientos soplan por su cornisa y ella reconoce sentir cierto desconcierto.
Los conocí todos, por su soplo y por sus nombres: el reconfortante Céfiro, Bóreas el frío, Noto…He bailado con ellos en mis noches volanderas.
Esta mañana un viento desconocido acaricia mi cara y recorre, más resbaloso aún que la lluvia, los surcos de mis alas. Me ha susurrado su nombre al oido:
-Miviento…Miviento…
No deja de ser una sorpresa para mí-acostumbrada a postrarme durante largos días en mi cornisa sin observar nada nuevo después de milenios de contemplación, o a sobrevolar superficies sobradamente conocidas que me ofrecen el abrigo de la familiaridad –descubrir que todavía se me resisten misterios, que el Cosmos me guarda secretos como caramelos que va dejando caer cuando mi alma inquieta adolece de falta de nuevas expansiones.
Se ha desvelado Miviento y estoy deseando desperezarme para intimar con él y comprobar su fuerza y su alcance.
¿Conocerá a sus ancestrales hermanos?
¿Dónde ha estado su rumor desde que tengo memoria?
Miviento no pertenece a ninguna estación ni parte de ningún punto cardinal. Me ha dicho que existe desde que yo existo, que ha estado ahí, convertida en pulmones de la Gárgol.
Después de algunos otros capítulos, los tertulianos de Gallos alabaron el trabajo de María resaltando y preguntando por algunos aspectos de este curioso y elegante relato. No faltaron las incursiones intelectuales a la iconología y la iconografía de las “gárgolas” en la arquitectura religiosa del Románico y del Renacimiento.
El diálogo con María Blázquez fue muy enriquecedor para todos. De una forma sencilla se estableció el feedback necesario que siempre, en el conversar inteligente, hace crecer y anima a seguir escribiendo. María, gracias por tu disponibilidad. Y también, gracias por este regalo de tu obra y por tu escucha atenta que te hace ser grande en esta tarea del aprendizaje continuo del escribir. Que antes de ser escritores somos con-vivientes. Tomar conciencia de ello, como lo hiciste tú este sábado, nos hace entrar en la dinámica de la auténtica hermenéutica que provoca el sentido de la Tertulia. Porque no se trata de discutir sino de crecer en este medio de la palabra creadora.
Fue una tertulia muy enriquecedora, donde se plantearon diferentes puntos de vista respecto a la poesía. María me sorprendió, sobre todo por su libro Crónicas de la gárgola almada. Me lo he leído y me parece una forma muy original de mirar el mundo y muy acertada. Me interesa esa prosa poética que, en ocasiones, ayuda a ensanchar más aún el universo poético. Del resto me encantó la parte final, quizá por dejarme llevar por el ansia de libertad que conlleva. Gracias a Tino por acercarnos a María y ella por compartirlo con nostros poesía y debate. Espero que haya más veces como lectora o contertulia.
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