Escuchar a Rafael Rufino Félix
divagar sobre poesía, escucharla en su voz profunda y poder masticarla y
digerirla despacio para escribir este artículo me hace posiblemente un
privilegiado dentro de la tertulia.
El pasado sábado 17 de diciembre,
Rufino Félix Morillón, nos mostró, sin título concreto, un abanico de sus
escritos de octubre y noviembre. Rufino, como le conocía mi padre, como yo lo
conocí cuando iba con mi padre a su concesionario, como lo conoce la gente de
Mérida, acaso por el recuerdo de su padre Rufino Félix Juárez, Rufino, así como
aparece en ese ex –libris suyo con reminiscencias gaditanas de sal y levante,
abriéndonos una ventana a un mar coronado de mástiles, velas y sueños de mundo.
Y la verdad es que no nos
sorprendió porque Rufino no ha perdido un ápice de lo aprendido a través de su
vida como lector, oyente, conversador y escritor en Madrid, en Cádiz, en
Sevilla, en Lisboa y, cómo no, en Mérida. Los poemas que nos presentó siguen en
su temática del recuerdo, de la muerte y el amor, del placer de los momentos
gratos y de la reflexión. Y en ese orden iré desgranando los poemas leídos por
Rufino.
I.
LA INFANCIA, EL AYER Y EL RECUERDO.
No es que se trate de nostalgia o de querer
vivir únicamente del pasado. El hombre necesita recordar el tiempo pasado, y el
poeta es capaz de registrarlo del bello modo vivido mediante la poesía. Por
ello, no es justo que a un poeta se le achaque la nostalgia como defecto.
[…]
Estoy solo, y
escribo las palabras
que el corazón me
dicta
[…]
dice Rufino en el poema Horas entrañables y
recuerda su infancia rodeado de sensaciones que no se olvidan fácilmente,
[…]
el agua de la acequia remozando el respiro,
trigales que
ajustician los voraces aceros,
y su sangre dorada
cubriendo el ara ardiente;
bajo el sol de
delirio,
los hombres de la piel
terrosa y recia…
[…]
o en el poema Nocturno donde Rufino recuerda a sus
padres en un paisaje de atardecer de verano,
[…]
Ahora mi corazón
recobra aquel paisaje,
Y en él veo a mis
padres
Por el breve jardín
donde el frescor
Da respiro a la paz
de sus palabras,
Devanado cordiales
su tiempo de solaz,
Aspirando el aroma
de las rosas,
Pendiente de los
juegos,
Del correteo
infantil que les alegra.
[…]
Mientras, en el poema Ayer, poema que cierra la serie, se ve de niño corretear por Mérida y
desea la perennidad del tiempo que continuamente recuerda que ya no es…
[…]
sino pavesa,
recuerdo de una lumbre
que encendía
los ojos inocentes
de aquel niño
que hoy solo ve un
paisaje desvaído
donde fue el
paraíso de sus juegos.
II.
EL AMOR Y LA MUERTE.
[…]
Su cuerpo dejará no
su cuidado;
Serán ceniza, mas
tendrá sentido;
Polvo serán, mas
polvo enamorado.
Escribía Quevedo siglos antes, como hacía Catulo en sus
epigramas, como los poetas del 27 en el siglo pasado – “Quiero el amor o la muerte”- decía Aleixandre en La
destrucción o el amor (perdón maestro, luego cito a don Luis Cernuda).
Como dice Rufino, “los temas de la poesía
son muy pocos, lo demás son variaciones sobre esos temas”, y es que el
hombre siempre ha tenido esa necesidad –el amor y esa obligación –la muerte, y
a veces ligados entre sí. Cuando el poeta ve cerca ese momento de separación
por causa del tiempo y mira a su lado, a su compañera, generalmente ambos temas
van de la mano.
Entrañable resulta el poema Pilar, su mujer, a quien
le dice
¿Y qué decirte
ahora
Cuando acaba la
tarde
[…]
Y tras la oscuridad concluye con la luz que ella le
presta con las palabras que –al tiempo
que se olvida de la noche- el poeta finalmente
encuentra,
[…]
“He olvidado la
noche
porque estoy junto
a ti.
Tú eres la luz”.
Pilar es jardinera de su tierra en Tú, jardinera, con una
preciosa metáfora de la tierra humana que precisa el alimento de su amada
[…]
Serás verdor y
aliento
fecundando la
tierra
sedienta de mi
cuerpo.
Pero es en el poema Sin mi voz donde la intensidad del
tema alcanza su mayor nivel tanto personal como poético. Comienza avisando a su amada del tiempo que
está llegando
Ha de llegarte el
tiempo
de las sombras.
Será cuando mi
ausencia
fatigará tu llanto
[…]
Pero el poeta no se resigna a perderse entre las sombra y
le dice a Pilar
[…]
y búscame.
Estaré en el paseo
de las palmeras,
junto al eterno
mar; absorto, contemplando
el ritmo núbil de
tu erguido cuerpo
en la soleada calle
de las citas;
[…]
Sí, contigo estaré
para iniciar de nuevo
el más hermoso
sueño.
Seré latido fiel
fluyendo por tus venas,
canción que exalte
nuestra permanencia
en el mundo ideal
de los amantes.
Y con el fondo más quevedesco de la resignación ante la
muerte, ante lo inevitable, como un un bodegón de fruta fresca apetecible y aromática
jarra de vino aparece el poema Partir donde se nos va presentando
en doce versos al hombre más dichoso que puede aparecer ante nuestros ojos para
en el decimotercer verso, como la calavera del bodegón, último de esta estrofa
dice que
[…]
también ha de
partir.
No, no será posible
mantener fresco el
fruto
de su granada
altura,
porque la ausencia
todo lo corrompe.
Son las aguas últimas del poema del mismo nombre, las que
cree beber el poeta para acabar con esta temática, con dos versos concluyentes
[…]
Bajan las aguas
últimas
por mi vaciado
pecho.
III.
EL PLACER Y LOS MOMENTOS GRATOS
Rufino Félix también concibe la poesía como solaz y
recuerdo del deleite. Con ella juega y recrea esos momentos gratos con una copa
de cerveza,
[…]
-coronada de nieve
en el ardiente estío,
Hecha glaciar
bullente en los ojos sedientos[…]
una película en la que Ginger Rogers y Fred Astaire hacen
inmortal un cinematógrafo con su baile,
¿Acaso no sentían
envidia las palomas
cuando ascendiendo
ingrávidos,
flexibles como
juncos cimbreantes,
aleteaban parejos
al compás
de la armoniosa
música?
Una historia como la de Casanova repasando su vida en el
momento antes de morir en un poema en tercetos y una teatralización digna de un
monólogo dieciochesco,
Y ahora que todo se
acaba,
qué pesar puede
dolerme
si aquí no me dejo
nada.
El deleite de un paisaje, un momento, un silencio irrepetibles,
un locus amoenus, en el que el
mismísimo Fray Luis de León se sentiría dichoso y descansado, como en el poema Sueño verdadero,
Cuando en la noche
el silencio impere,
[…]
No abandones la
música que escuchas
Ni el libro que en
tus manos
Se hace feliz
escala
En los rítmicos
versos del poema.
Acaricia dichoso
este tiempo tan bello
Que sublima el
deleite en tu imaginación.
[…]
Además, en el mismo poema, el poeta se aferra con uñas y
dientes a ese sueño con la esperanza de poder recuperarlo más adelante,
[…]
Aunque ahora no
posea la luz estremecida,
Mañana alumbrará
Su alta fidelidad
al sueño verdadero.
Pero si hay dos ciudades que embrujan y embelesan a Rufino,
esas son Cádiz y su mar, como en el poema Brillos,
[…]
Es inmenso el
cristal donde se mira
el sol en
despedida. Se diluyen
los últimos
reflejos, y hay gaviotas
llegando hasta la
arena, tornadizas
[…]
y Sevilla y sus historias cuchicheadas por las blancas
paredes y estrechas calles que te guían por vidas inolvidables, como el
magnífico poema dedicado a Luis Cernuda y al Barrio de Santa
Cruz donde vivió. Rufino nos guía y al fin encontramos al hombre tras el
celebrado poeta, al sentimiento inmortal tras el mito dormido, al blanco hogar
en el barrio de espaldas a la bien pisada Giralda,
Paseante, deja
atrás la Giralda
y adéntrate en el Barrio
de Santa Cruz,
[…]
Y entre la cal
añeja de las paredes íntimas
se abrirá la
quietud
al asiduo aleteo de
una paloma oscura.
[…]
Y lee ya poseído
del latido del hombre
que en ella cobijó
su desnudez,
”Jardín Antiguo”,
un canto al sentimiento donde se oyen
el bisbiseo del
aire, vagar almas y trinos,
y él siente la
pasada juventud
sangrando por la
espina que le clavó el deseo.
[…]
IV.
REFLEXIÓN.
No creo que no haya habido reflexión en toda la poesía
anteriormente citada en este artículo, pero hay tres poemas en los que ésta se
hace más patente, Desamor, Breve adiós y Vuelo despejado. De igual
manera podemos ver otros de los temas anteriormente estudiados en estos poemas
como el amor, el tiempo o la muerte.
Paradójicamente Breve adiós y Vuelo despejado luchan
entre sí con la esperanza y la desesperanza como armas para conquistar al
poeta. Breve adiós describe –y hasta
se recrea en él- un atardecer sobre el mar y , un atardecer casi sangrado, con
un sol moribundo, pero que al final consigue –eso sí, solo él- burlar la
muerte.
El sol se sumergía
[…]
Iba esparciendo
ascuas
que mantenían los
vientos,
mientras dejaba al mar
turbado por su
sangre
[…]
Lo veíamos hundirse
[…]
para al final burlar
–él, que puede- su muerte,
porque es fuego perpetuo.
Vuelo
despejado, en cambio, refleja la impotencia ante los deseos y la
resignación de quién se sabe víctima del destino, con tres estrofas que
comienzan con un Si pudiera…
Si pudiera traer a
la mirada
El pájaro de luz
que había en tus ojos,
[…]
Y un final que cierra toda esperanza al lector
[…]
Pido y pido,
sabiendo
que nada de ello me
será otorgado
pues todo está
fijado para siempre.
Pero es tanto el
deseo…
Y cierro mi comentario con el primer poema del cuaderno, Desamor.
Poema hijo de la reflexión que nos entrega en crudo a los lectores para hacerlo
nuestro. Parte con un “Pero” inicial, hilando con un pensamiento anterior que
cualquiera puede tener o haber tenido. Magistral este comienzo que cautiva al
lector para llevarlo al corazón de su reflexión, utilizando la fría piedra como
contrapunto a la ternura que podría tener un poema de amor como los comentados
anteriormente. Es un poema masticarlo despacio
Pero la carne
siente el desamor,
se mortifica con el
desengaño
de no ser dura,
como lo es la piedra;
[…]
Ójala pronto se vean estos poemas acompañados de otros en
un nuevo volumen. Merece la pena seguir leyéndote, oírte y conversar contigo, Rufino,
por eso, por nosotros y por el poeta y el hombre también merece la pena que
sigas escribiendo.
Yo he tenido la suerte de compartir y continuar la
amistad personal que inició mi padre. Hoy además tengo la suerte de haberla enriquecido
compartiendo nuestra pasión por la poesía.
Fotos: Eladio Méndez
Texto: Francisco Javier Carmona Camarero.
Cuanto siento habérmelo perdido, pero los imponderables familiares mandan. Felicidades Rufino. Enhorabuena Javier por este magnífico resumen. Un abrazo para todos.
ResponderEliminarINCLUYO UN COMENTARIO ENVIADO A MI CORREO POR NUESTRO BUEN AMIGO PACO GALÁN, A LA SAZÓN JUGLAR: "Frustrado por no haber podido asistir a la última comida y emocionado por lo que estoy leyendo de nuestro Rafael, no puedo por menos de enviaros un recuerdo de este poeta - jugLar , que lo es , de momento . y de no haber podido daros un abrazo a todos y cada uno de los grandes poetas que me tengo por amigos de esa tertulia que tiene visos de ser inmortal : " GALLOS QUIEBRAN ALBORES "; a la que quiero seguir aportando lo que me reste de mi simpatía. Francisco Javier por si tardo en veros te pido que des un fuerte abrazo a toda esa pléllade de poetas vivos empezando como no por don Rafael Rufino Felix a quien tanto quiero y admiro. Siguiendo por mi ínclita amiga Ana Castillo...Así como a todos los demás. Muchas gracias por todo de éste que tanto os quiere". PACO GALÁN.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarAnte todo, felicidades al maestro, todo un honor es leer sus versos.
Paso a desearos ¡¡FELIZ AÑO NUEVO 2012¡¡
ESPERO SE CUMPLAN TODOS VUESTROS SUEÑOS Y PROYECTOS.
Abrazos para todas/os, de vuestra amiga, carmendy
Aprovecho el blog para desear a todos los miembros de "Gallos quiebran albores"...un feliz Año Nuevo con salud, sobre todo y con paz, amor y trabajo.
ResponderEliminarMi cordial saludo a todos.